Por fin estaba todo preparado. En el cuchitril de Keith- Que
estaba bastante lejos de ser un cuchitril, el joven de pelo negro y mirada fría
tenía bastante poder adquisitivo- las cosas estaban desparramadas por
doquier. Tras la labor de recopilación
de información que habían realizado días atrás, obteniendo el paradero de los
rehenes del capo de la mafia que les había emboscado y atrapado para obtener
una recompensa cuantiosa de cierta agencia de seguridad, el pequeño grupo de
rescate se las había arreglado para obtener la dirección en la que se
encontraba su objetivo, gracias a las alucinantes labores electrónicas de
Gabriel Salazar, el hermano de Anna.
Y los datos que habían obtenido no eran nada
tranquilizadores.
El complejo científico que se encontraba en el Distrito 9 no
era solamente secreto, sino que además parecía ilegal. Los planos conseguidos
por el joven hacker se sucedían en la gran pantalla de plasma en el salón,
mostrando laboratorios, salas de conferencias, pasillos de “celdas” (los tres
sabían a qué tipo de seres estaban destinadas)…
Sin embargo, no habían parado quietos ni un solo instante.
Tras el primer plan formulado por Gabriel, no habían parado de buscar lo
necesario y establecer las tareas que realizarían en ese complejo el día
señalado. Las armas se encontraban sobre la mesa sobre un pequeño mantel, los
dispositivos en el frutero y el perchero estaba lleno de unos trajes negros que
también necesitarían.
Y por fin, había llegado el gran día. Gabriel observó a su
hermana y al asesino de negro prepararse para la ocasión. Las habilidades y la
experiencia de este último le habían relegado a él a una posición más apartada,
que aunque le dejaba discriminado de la acción, por otra parte le mantenía a
salvo de ésta. Además, sabía que no había nadie más que pudiera controlar la
situación como él, dadas sus habilidades.
Sin embargo, miró a su hermana, preocupado. Dudaba que la
joven rubia tuviese el autocontrol necesario para realizar la operación sin
problemas a pesar de que ella había prometido que nada fallaría.
Y el plan comenzó. Los tres habían memorizado los planos. La
teoría ya estaba. Ahora tocaba la acción.
**********************************************************************************
El chico de los recados se asomó al laboratorio con
semblante interrogante.- ¿Mr. Lamper? ¿Dónde debería poner estas cajas?- Unas
cajas de cartón con la palabra “FRÁGIL” escrita en su dorso asomaron por el
dintel de la puerta de plástico. El encargado leyó el cartel que ponía ahí, y,
rascándose la barbilla, le señaló un almacén en la siguiente puerta.- ¿Para qué
querría Genética nuevo material?
La puerta del ascensor se abrió, y el hombre con el abrigo
negro se acercó al mostrador. Su máscara no inspiraba confianza.-
Identifíquese- Dijo el recepcionista dejando ver el cañón de un arma. Aquella era una zona legal pero aquél
tipo no inspiraba precisamente confianza. Las cámaras se apagaron, y, con un
gesto teatral, el desconocido se abrió el abrigo, dejando ver las bombas.
- - Me gustaría conocer el
local.
Anna Salazar caminó nerviosa por el pasillo. El plan no
debería ser excesivamente difícil, Gabriel tenía las cámaras y Keith se
encargaría de la parte más ruidosa. Se dirigió al pasillo de celdas. ¿Sería
capaz de mantener la calma? ¿Conseguiría no mandar el plan a pique?
No hay comentarios:
Publicar un comentario