Episodio 2 de la anterior entrada. También escrito por Rioco, se sitúa un tiempo antes del Episodio I
Episodio 2
La tormenta arreciaba, rayos y truenos en su magnifica sinfonía, opacando incluso el brillo de las estrellas y oscureciendo aque refilon de sol que asomaba desde el horizonte. Eran ya casi las 5 am., y yo no haba podido dormir.
Me acurruque entre las sabanas, girando hacia un lado, mejor dicho, girando hacia el lado vacio de nuestra cama. Respire profundamente, como aferrándome a su aroma impregnado en la almohada. Estruje una vez mas el edredón.
-Rex...-Suspire, negando para mi misma. Se me hacia difícil respirar, lo extrañaba tanto…No podía acostumbrarme a esto y nuestros hijos tampoco pero…Asi eran las cosas.
Acaricie mi cuello, sintinendo a penas la diminuta cicatriz donde tiempo atrás residió mi rastreador. Desde el momento en que supo que estaba embarazada hizo todo lo poible por sacarme de SHIELD hasta que llegaron a acordar un intercambio; El por mi…Y, al principio fue sencillo debido a su falta de poderes…y ahora…6 años después, los habia recuperado y con ello su implementación en misiones resultaba demasiado tentadora...Para SHIELD y para él...Despues de todo, sabia muy bien lo mucho que extrañaba su vida de heroe.
-Nnnhhg.- Ese sonido reprimido broto de mi garganta mientras me enfurruñaba con las sabanas, de ojos aguados.-25 años y aun tengo mis arrebatos de niña…Rex, donde estas?.- Me sente, abrazada a mis propias piernas. Eran ya las 5:30 am…Anna y Gabriel deberían de estar despiertos. Él siempre llegaba a las 5:30 del laboratorio, y ellos, sin siquiera usar un despertador, abrían sus ojitos a la hora exacta, ansiando verlo para que les contara sobre sus nuevas teorías. Tecnicamente a los niños deberían de contarles un cuento, pero ellos, bueno, nosotros, somos una familia singular, y mis pequeños adoraban escuchar y admirar la emoción de su padre cuando hablaba sobre el futuro no tan lejano para el. Al final, Rex, Gabriel y Anna, quedaban dormidos en la cama de esta ultima. Para entonces yo solo les observaba, apoyada contra el humbral de la puerta para finalmente ir a cubrirles con una manta.
Ese era un momento especial que ellos tenían, que compartíamos con suma felicidad…pero que desde hace 34 dias, y ellos aun despertaban a esta hora…y honestamente, dudo que alguna vez la pierdan, al igual que yo…
Me incorporo por completo de cama, caminando serenamente hasta el cuarto que comparten mis hijos. No es que nos falte espacio en casa, sino, una forma de fortalecer su lazo empático.
Abro la puerta lentamente, dejando que la luz del pasillo se cuele hacia el dormitorio, espero un momento a que se habitúen, de fondo, el compas del la tormenta me acompaña cuando me muevo hacia la cama de Anna. Me siento junto a ella acariciándole el cabello.
-Vamos Annie, Gab. Se que están despiertos.-
-Papá aun no llega…-La vocecita de Gabriel se escucha un tanto silenciada por la almohada contra la que oculta su rostro. Voy donde él, quien se ecuentra dándome la espalda. Le tomo su hombro, cariñosamente. Sonriendo, me acerco a su oído.
-El regresa Gab, siempre lo hace.- Le di un beso en la mejilla, el continuaba sin darme la cara, al igual que Anna.- Uhm, creo que nunca les he contado un cuento…-
-No nos gustan los cuentos mamá.- Hablo Ann en tono apesadumbrado.
-Preferimos hechos científicos, cosas reales y posibles.- Sentencio Gab.
-Hmph!.- Me incorpore de un salto, quedando de pie y de brazos cruza en el espacio entre sus camas. -Pues eso es porque nunca han escuchando ESTE cuento!.- Mire a ambos lados y con agilidad me movi hacia el armario, cogiendo una sabana oscura la cual, en una sola maniobra, coloque sobre mis hombros a modo de capa. - Habla sobre las aventuras de un…Echicero!.- Baje el tono de mi voz como si tratase de darme un tinte mas misterioso mientras actuaba uniendo mis cual imitaban los pases mágicos. - Al que se le ha agotado la imaginación… Un Heraldo que ha perdido su mensaje.- Movi la improvisada capa esta vez por sobre mi rostro, acorvándome como un anciano. - Un Guerrero demasiado Valiente! Haiya!.- Lance la sabana oscura hacia arriba. - Una Bestia de noble corazón.- mientras decía esto me agazapaba en el suelo, dejando caer sobre mi la tela. - Una hermosa duquesa echizada por su madre bruja para verse horrible…-me sente en el suelo, ocultándome. - y jamás…JAMAS!.- Ante esto me puse de pie inesperadamente. -Volver a sonreir…-Encogi de hombros dejando la sabana a mis pies con una sonrisa radianete colmando mi rostro. - Y una arquera que ha olvidado como lanzar flechas.-
La tormenta arreciaba, rayos y truenos en su magnifica sinfonía, opacando incluso el brillo de las estrellas y oscureciendo aque refilon de sol que asomaba desde el horizonte. Eran ya casi las 5 am., y yo no haba podido dormir.
Me acurruque entre las sabanas, girando hacia un lado, mejor dicho, girando hacia el lado vacio de nuestra cama. Respire profundamente, como aferrándome a su aroma impregnado en la almohada. Estruje una vez mas el edredón.
-Rex...-Suspire, negando para mi misma. Se me hacia difícil respirar, lo extrañaba tanto…No podía acostumbrarme a esto y nuestros hijos tampoco pero…Asi eran las cosas.
Acaricie mi cuello, sintinendo a penas la diminuta cicatriz donde tiempo atrás residió mi rastreador. Desde el momento en que supo que estaba embarazada hizo todo lo poible por sacarme de SHIELD hasta que llegaron a acordar un intercambio; El por mi…Y, al principio fue sencillo debido a su falta de poderes…y ahora…6 años después, los habia recuperado y con ello su implementación en misiones resultaba demasiado tentadora...Para SHIELD y para él...Despues de todo, sabia muy bien lo mucho que extrañaba su vida de heroe.
-Nnnhhg.- Ese sonido reprimido broto de mi garganta mientras me enfurruñaba con las sabanas, de ojos aguados.-25 años y aun tengo mis arrebatos de niña…Rex, donde estas?.- Me sente, abrazada a mis propias piernas. Eran ya las 5:30 am…Anna y Gabriel deberían de estar despiertos. Él siempre llegaba a las 5:30 del laboratorio, y ellos, sin siquiera usar un despertador, abrían sus ojitos a la hora exacta, ansiando verlo para que les contara sobre sus nuevas teorías. Tecnicamente a los niños deberían de contarles un cuento, pero ellos, bueno, nosotros, somos una familia singular, y mis pequeños adoraban escuchar y admirar la emoción de su padre cuando hablaba sobre el futuro no tan lejano para el. Al final, Rex, Gabriel y Anna, quedaban dormidos en la cama de esta ultima. Para entonces yo solo les observaba, apoyada contra el humbral de la puerta para finalmente ir a cubrirles con una manta.
Ese era un momento especial que ellos tenían, que compartíamos con suma felicidad…pero que desde hace 34 dias, y ellos aun despertaban a esta hora…y honestamente, dudo que alguna vez la pierdan, al igual que yo…
Me incorporo por completo de cama, caminando serenamente hasta el cuarto que comparten mis hijos. No es que nos falte espacio en casa, sino, una forma de fortalecer su lazo empático.
Abro la puerta lentamente, dejando que la luz del pasillo se cuele hacia el dormitorio, espero un momento a que se habitúen, de fondo, el compas del la tormenta me acompaña cuando me muevo hacia la cama de Anna. Me siento junto a ella acariciándole el cabello.
-Vamos Annie, Gab. Se que están despiertos.-
-Papá aun no llega…-La vocecita de Gabriel se escucha un tanto silenciada por la almohada contra la que oculta su rostro. Voy donde él, quien se ecuentra dándome la espalda. Le tomo su hombro, cariñosamente. Sonriendo, me acerco a su oído.
-El regresa Gab, siempre lo hace.- Le di un beso en la mejilla, el continuaba sin darme la cara, al igual que Anna.- Uhm, creo que nunca les he contado un cuento…-
-No nos gustan los cuentos mamá.- Hablo Ann en tono apesadumbrado.
-Preferimos hechos científicos, cosas reales y posibles.- Sentencio Gab.
-Hmph!.- Me incorpore de un salto, quedando de pie y de brazos cruza en el espacio entre sus camas. -Pues eso es porque nunca han escuchando ESTE cuento!.- Mire a ambos lados y con agilidad me movi hacia el armario, cogiendo una sabana oscura la cual, en una sola maniobra, coloque sobre mis hombros a modo de capa. - Habla sobre las aventuras de un…Echicero!.- Baje el tono de mi voz como si tratase de darme un tinte mas misterioso mientras actuaba uniendo mis cual imitaban los pases mágicos. - Al que se le ha agotado la imaginación… Un Heraldo que ha perdido su mensaje.- Movi la improvisada capa esta vez por sobre mi rostro, acorvándome como un anciano. - Un Guerrero demasiado Valiente! Haiya!.- Lance la sabana oscura hacia arriba. - Una Bestia de noble corazón.- mientras decía esto me agazapaba en el suelo, dejando caer sobre mi la tela. - Una hermosa duquesa echizada por su madre bruja para verse horrible…-me sente en el suelo, ocultándome. - y jamás…JAMAS!.- Ante esto me puse de pie inesperadamente. -Volver a sonreir…-Encogi de hombros dejando la sabana a mis pies con una sonrisa radianete colmando mi rostro. - Y una arquera que ha olvidado como lanzar flechas.-
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